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Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH)

Attention-Deficit Disorder (ADD)

Información para los padres

por Elaine Morton Bohlmeyer, Ph.D., NCSP, con el Personal técnico de la Escuela de psicología de Gilbert (AZ) Distrito escolar unificado de Gilbert (AZ)

Introducción

Cuando a un estudiante no le va bien en la escuela, especialmente si los maestros reportan que el estudiante no parece concentrarse en clase y no completa o entrega su tareas, los padres se podrían preguntar si el niño padece de un trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).  En ocasiones a estos niños se les llama ‘hiperactivos’, aunque ahora se reconoce que los niños pueden tener déficits de atención con o sin comportamientos sobreactivos.  Es importante que los padres reconozcan los síntomas de TDAH y que trabajen con los profesionales para hacer un diagnóstico correcto.

Características del trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH)

Los estudiantes con TDAH pueden exhibir una variedad de características, pero las más comunes son impulsividad, falta de atención, desorganización y facilidad de distracción.  A estos niños frecuentemente se les describe de la siguiente manera:

  • no piensan antes de actuar
  • tienen dificultad siguiendo instrucciones complejas
  • son incapaces de esperar
  • tienen dificultad en mantener la atención en cosas que no les son interesantes, como las tareas escolares o del hogar (pero pueden ver televisión o jugar con la computadora por horas)
  • son incapaces de seguir un horario
  • frecuentemente pierden las cosas

Los padres dirán con frecuencia, ‘Aun cuando lo veo completar su tarea, olvida entregarla’.  Es como si un ‘hueco negro’ siguiera a algunos de estos niños y se tragara sus tareas y  provisiones escolares.  Algunos niños pelean con frecuencia y son evitados o rechazados por sus compañeros.  Otros son muy estimados y tienen muchos amigos, aunque sus amistades no son usualmente profundas y perdurables.  Pueden meterse en líos en la escuela y en la comunidad por hacer cosas que ellos saben que no deben hacer.  Tal vez se sientan extremadamente arrepentidos o tengan muchas razones de por qué no fue su culpa.  El niño puede relatar una sensación de estar fuera de control o de no ser capaz de parar una actividad.  Los padres pueden preguntarse, ‘Sé que él sabe lo que tiene que hacer y que es un niño bueno, ¿entonces por qué está siempre metido en problemas?’

Diagnosticando el TDAH

Muchos síntomas asociados con el TDAH pueden también ser síntomas de otros problemas de la niñez tales como depresión, ansiedad o trastornos de conducta.  Otro problema con el diagnóstico es que no hay una prueba de sangre u otra prueba médica específica para el TDAH.  Los médicos y psicólogos que diagnostican el TDAH utilizan observación e información de personas que conocen bien al niño y su historial.  Algunas veces hay un historial familiar de TDAH.  Además, el historial personal del niño es importante porque los síntomas de un caso real de TDAH se manifiestan en un niño antes de los siete años y serán persistentes a través de los años.  Si un niño comienza a mostrar estos síntomas de repente, especialmente si es mayor de siete años, el comportamiento es usualmente una respuesta temporal a algo que le está sucediendo.  Sin embargo, puede ser también el comienzo de un problema emocional más profundo.

Ayudando a los niños con TDAH

El tratamiento del TDAH tiene más éxito cuando se aplican una variedad de enfoques.  Primero, es importante que los padres adquieran la mayor cantidad de información posible acerca del TDAH  Pueden asistir a grupos de apoyo en su escuela o comunidad y a conferencias y seminarios ofrecidos por la escuela o agencias de salud mental.  Es beneficioso que los padres se reúnan con otros padres para que aprendan que no están solos con este problema y comentar lo que otros han encontrado útil.  El psicólogo escolar podrá proveer más información sobre varios recursos y materiales de lectura.

En segundo lugar, es beneficioso para el niño tener consejería individual o de grupo.  La consejería puede incluir información acerca del TDAH, entrenamiento en destrezas sociales y técnicas que ayudan al niño a concentrarse y pensar antes de actuar.  Los niños mayores pueden aprender estrategias que lo ayudarán a organizar y completar tareas tales como utilizar libretas, listas o cronómetros.

En tercer lugar, las técnicas de comportamiento que utilizan los padres y maestros pueden ayudar al niño a cumplir exitosamente las demandas de las tareas. Ya que la mayoría de los niños con TDAH realmente desean portarse bien y ser capaces de terminar las tareas, tal vez respondan a una señal no verbal predispuesta para regresar a sus tareas.  Los refuerzos positivos (elogios y recompensas) por seguir instrucciones y completar tareas pueden ayudar, pero tales refuerzos necesitan ser inmediatos y frecuentes.  Los niños con TDAH no responden bien a las recompensas a largo plazo.  Las oportunidades para ganar recompensas deben ser concedidas constantemente a los preescolares; varias veces al día a los niños de la escuela primaria; y por lo menos diariamente a los adolescentes.  Otras técnicas específicas incluyen:

  • darle al niño uno o dos pasos de una directriz a la vez
  • dividir una tarea escolar en varios segmentos que serán revisados por un adulto, luego de que cada uno sea completado
  • establecer pequeños períodos de tiempo y animar al niño a completar una tarea antes de que termine el tiempo
  • ayudar al niño a mantener un calendario diario
  • ayudar al niño a organizar sus tareas en un cuaderno o libreta

Medicamentos para el TDAH

Finalmente, un médico puede escoger prescribir medicamentos.  El TDAH es una condición neurobiológica y los medicamentos ayudan al niño a concentrarse y a beneficiarse del apoyo educacional y técnicas para modificar el comportamiento.  Aunque algunos padres se sienten renuentes a darle a sus hijos medicinas, las investigaciones demuestran que otros tratamientos raramente tienen efectos a largo plazo sin el uso de un componente medicinal.

Se ha aprendido mucho acerca del TDAH en los últimos cinco o diez años.  Por lo tanto, es importante saber qué información está al día y cuál es anticuada.  Por ejemplo, los profesionales creían que los niños ‘dejaban atrás’ el TDAH en la pubertad y que los medicamentos y otros tratamientos no se necesitaban después de esa etapa.  Hoy se sabe que mientras la mayoría de los niños dejan atrás la actividad motora excesiva frecuentemente asociada con el TDAH, muchas personas retienen otros síntomas durante la vida adulta y continúan respondiendo favorablemente a la consejería y a los medicamentos.  También hay pruebas de que algunos tratamientos populares, tales como el biofeedback (técnica para regular funciones corporales involuntarias), dietas y hierbas especiales, no son efectivos.  Hasta hace poco se creía que las medicinas utilizadas para tratar el TDAH podían permanentemente impedir el crecimiento de los niños y empeorar los síntomas del trastorno de Tourette (como los tics), pero hay nueva información que no apoya estos temores.

¿Qué hago si sospecho que mi niño tiene TDAH?

Si usted sospecha que su hijo tiene el trastorno por déficit de atención, puede estar seguro  de que la escuela lo ayudará.  Los maestros le proveerán resúmenes del comportamiento de su hijo, ya sea mediante informes escritos, cuestionarios estructurados o evaluaciones. Si usted está preocupado por el progreso académico o el comportamiento de su hijo, la escuela también debe investigar si el niño tiene síntomas de incapacidades de aprendizaje o trastornos emocionales.  Si su hijo es diagnosticado con TDAH, la escuela tiene la obligación de hacer ajustes razonables para la condición de su hijo, como darle más tiempo para que complete sus tareas o darle un asiento especial en el salón de clases.

Para seguir el mejor tratamiento médico, asegúrese de consultar a un médico que esté bien informado sobre el TDAH y sus medicamentos.  Colabore con su médico para encontrar las medicinas apropiadas y la dosis indicada para su hijo.  Antes se pensaba que la dosis dependía del peso del cuerpo, pero ahora se sabe que cada niño responde de manera diferente al nivel de la dosis.  Durante el tiempo de ajuste recuerde que la mayoría de los medicamentos prescritos para TDAH actúan por corto tiempo y cualquier efecto indeseable (al igual que favorable) desaparece rápidamente.  Por esta razón, muchos de estos medicamentos deben tomarse cada cierto número de horas.  Sin embargo, si su niño está siendo tratado para otras condiciones, tal como depresión, los efectos del medicamento para estas otras condiciones pueden durar más tiempo.  Asegúrese de discutir los efectos secundarios con su médico y comunicarle cualquier inquietud inmediatamente.

El médico y la escuela deben colaborar y comunicarse acerca de la efectividad de las técnicas para modificar el comportamiento y la respuesta a los medicamentos.  Los maestros y los médicos tienen contribuciones únicas que hacer al proceso del tratamiento.  Aunque los reportes escolares son cruciales para evaluar los efectos de las medicinas, nadie en la escuela está calificado para hacer recetas médicas o cambiar una dosis.  Por su parte, los médicos pueden hacer recomendaciones educacionales útiles, pero no tienen la autoridad para prescribir tratamientos o pruebas específicas dentro del ámbito escolar.

Si su hijo es diagnosticado con el trastorno por déficit de atención con hiperactividad, recuerde que este trastorno puede ser controlado, pero que probablemente también sea una condición de por vida.  A pesar de los mejores tratamientos, su hijo tal vez nunca será tan organizado y metódico como sus compañeros.  Por ejemplo, no espere que su hijo recuerde tomarse las medicinas a la hora debida, a menos que haya demostrado la habilidad para hacerlo.  Recuerde, cuando sea la hora de la próxima dosis de la medicina, ya los efectos de la dosis anterior están menguando.  Ese es el momento cuando su hijo tiende a ser menos organizado y menos responsable.  Tal vez su hijo necesitará siempre ayuda adicional para organizar sus tareas y materiales, como tal vez nunca pueda seguir las reglas al pie de la letra.  Sin embargo, si usted pone énfasis a su capacidad y puntos fuertes, su incapacidad tal vez no sea tan frustrante.

Traducido y adaptado de A. Canter & S. Carroll, (Eds.), Helping Children at Home and School: Handouts From Your School Psychologist. (1998). Bethesda, MD: NASP, pp. 539-542.

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